viernes, 6 de abril de 2012

Judas como manipulación política en el Nuevo Testamento

Por ser hoy Viernes Santo repetimos un post que publiqué por primera vez aquí, el 24 de abril de 2011. Se trata de una investigación final para un seminario universitario que realicé hace algunos años en la Universidad Central de Venezuela:

***

Análisis de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) y el evangelio de San Juan en torno a la figura de Judas Iscariote

Los Evangelios, de Alberto Montt. Tomado de En dosis diarias.

I


La ficción o fábula conocida como la Pasión y Muerte de Jesucristo fue redactada como una tarea política, cuyo objeto era expurgar a los cristianos del descrédito de la hostilidad del Imperio romano, y también para exculpar a los romanos de la muerte de Jesús. Para realizar dicho plan los escritos neo testamentarios se valieron de una muy conveniente traición perpetrada por un oportuno villano: Judas Iscariote, apóstol tesorero de Jesús y de sus discípulos, que debido a su usura y enorme infidelidad -dicen los escritos-, provocó la mortal crucifixión del Maestro del cristianismo. Un deceso concebido como un sacrificio cuyo fin sería redimir a la humanidad.

Ahora bien, para que la redención suceda es obligatorio que Jesús muera, y el plan que dios tiene para redimir a la humanidad es que el hijo de José y María se sacrifique por medio de su pasión y muerte a causa de una traición, es decir, que el tema de la traición es menester para que Jesús se convierta en redentor, así mismo es necesario que dentro de ese plan de dios haya alguien que traicione a Jesús; y ése alguien no es cualquier discípulo de Cristo.

El señalado como traidor, machacan los cuatro evangelios, pertenece a una raza en particular, raza que -acusan los escritos en cuestión- dirigió e inició la muerte de Jesús: Judas Iscariote junto a los judíos, aparecen en los cuatro evangelios como los “directores de escena y los que manejan los hilos[1] de la muerte de Cristo, ya sea se trate de un Judas acompañado de una muchedumbre armada de judíos para prender a Jesucristo, o de los sumos sacerdotes y fariseos que instigan al apóstol a realizar la traición.

imagen de deviantart

¿Porqué Dios no escogió otro tema para que se diese la redención? ¿acaso no era más sencillo y lógico que la muerte del hijo de Dios fuese ocasionada por ejemplo, debido a un equívoco, una confusión o por haber ingerido algún alimento en mal estado, como Buda?. Si Dios hubiera elegido alguna de estas opciones entonces los judíos habrían quedado libres de tan grave imputación, la pasión y muerte de Jesús no tendría sentido alguno, y el sacrificio del “rey de los judíos” con miras a la redención de todos nosotros nunca hubiera sido posible.

II

Para comprender el porqué los cuatro evangelios -escritos aproximadamente en los años 70 a 95 d.C.- señalan a los judíos como responsables de la muerte de Cristo, hay que tomar en cuenta la realidad política existente en la Palestina de entonces, la cual vivía una guerra tras otra protagonizada principalmente por los Zelotes, partido político-religioso fundado en Galilea en el año 6 d.C. y comandado por Judas el Galileo. Este movimiento que agrupaba a los judíos radicales opositores al imperio desarrolló en Galilea la mayor resistencia contra el dominio romano, y desde esa provincia judía la rebelión antiromana se propagó a Judea. Desde Galilea partieron 61 guerras desde el año 165 a.C. hasta el año 135 d.C., por tanto, pertenecer a esa región en tiempos de Jesús era como ser de Hamas en la Palestina del presente siglo.

Mihály Munkácsy(1844-1900) Cristo delante de Pilátos 1881. Tomada de idlespeculations-terryprest

El enfrentamiento entre los galileos y el procurador Pilato había dado lugar a grandes derramamientos de sangre y hasta el dialecto galileo era causa para sospechar alguna sedición, e igualmente ser cristiano, daba motivo a la desconfianza romana y recordemos lo mencionado en el anterior párrafo, esto es, que durante toda la existencia de Jesús se vivían en Judea continuos levantamientos armados judíos hacia el estado romano, y que el nombre “cristiano” era asociado a las cruentas revueltas de los países de Oriente Medio, ligado de forma inseparable al término “acciones punibles[2] aunque lingüísticamente fueran dos términos distintos.

Al respecto Uta Ranke-Heinemann dice:

En todo caso, el simple nombre “cristianos” provocaba una sensación

de alarma a los romanos. Por eso, el cristianismo primitivo, que

estaba en vías de propagarse por el imperio romano, no podía

permitirse propagar como Mesías a un ajusticiado como criminal

contra el estado romano, sino, más bien, a un perseguido y traicionado

injustamente por los de su propio pueblo..[1]

III

Las exégesis realizadas por Mateo, Marcos, Lucas y Juan solucionan de maneras distintas la empresa de liberar a los romanos de la culpa por la muerte de Jesús y atribuirla a los judíos. En los sinópticos son los judíos los que detienen a Jesús y lo enjuician. En Juan, la captura del Nazareno es realizada por los romanos pero son los judíos los autores intelectuales y guías de la aprehensión de Cristo pero, todos los evangelios coinciden en hacer mucho hincapié para exculpar a Pilato hasta el punto de llegar a crear un personaje que no tiene nada que ver con la historia real del sanguinario Procurador romano. El artilugio aquí es poner en boca de Pilato la declaración de inocencia con respecto a los cargos imputados a Jesús, señalando así la deshonra de los judíos en cuanto a no poseer escrúpulo alguno en derramar sangre inocente, incluso divina. Al respecto la teóloga Uta Ranke-Heinemann expresa que gracias a ello, Pilato pone de manifiesto que los judíos son una manada de asesinos.


Pilatos con soldados romanos en el film "La vida de Brian", de Monty Piton

Los hechos que precedieron a la muerte de Jesús están cargados de predisposiciones hacia los hebreos, pero la cena pascual o última comida de Cristo es esencial en los cuatro evangelios, tanto para incriminar a los “descendientes de Abrahán” como para comprender las invenciones que rodean la traición consumada por Judas Iscariote, ya que más allá de las divergencias entre Juan y los sinópticos con respecto a la última cena, los escritos neo testamentarios dan a ésta un nuevo -y falso- sentido. Los datos históricos objetivos relacionados con la cena pascual no concuerdan con las interpretaciones realizadas por los evangelistas en sus textos, y las acciones y descripciones que rodean la traición de Judas son tan divergentes entre sí que los acontecimientos se desarticulan de lo real, mostrándonos el verdadero rostro de Judas y su traición: el de ser nada más que una fábula.

Los escritos neo testamentarios señalan que la traición consumada por el apóstol Judas Iscariote, fue anunciada por Jesús dentro del marco de una comida denominada cena pascual, que de acuerdo con la historia real de los judíos se celebraba el 14 y 15 de Nisan [4] , -Nisan era el mes del comienzo de la primavera y el primer mes del año judío. Cada día judío se iniciaba desde el atardecer y culminaba al anochecer del día siguiente, de tal modo que la pascua judía duraba desde el atardecer del 14 hasta el atardecer del 15 de Nisan, y a esta celebración se le unía la fiesta de los panes ácimos, desde el atardecer del 15 de Nisan hasta el 21 de Nisan. La comida pascual comenzaba pues, una vez caída la noche y debía estar terminada antes de la mañana del 15 de Nisan.


Tomada de coadezcofrade.

Todo lo anterior, sitúa a la cena pascual dentro de una dimensión temporal específica, en la cual, según los sinópticos, Jesús celebró la comida el 14 de Nisan para luego morir un día viernes (el viernes santo), sin embargo, a ese fatal día, de acuerdo con Uta Ranke Heinemann, corresponden dos fechas distintas, el 15 de Nisan en los sinópticos y el 14 de Nisan en Juan, lo cual nos lleva a plantearnos lo siguiente: si Jesús murió un 15 del comienzo de la primavera (sinópticos), el poco tiempo transcurrido entre la Cena del Adios de Jesús y la crucifixión es terrenalmente imposible; y mucho más, al tomar en cuenta que en esos dos días también ocurrieron otros eventos tales como, la ausencia “virtual” de Judas en la comida, la ida de Jesús a donde quiera que fuese con sus discípulos a fin de orar; el lavatorio de pies (Jn,13:12); el interrogatorio en casa del sacerdote Caifas, el padecimiento “bajo el poder de Poncio Pilato”, una agonía de seis horas (desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde)[5] , y posteriormente ser sepultado, todo ¡en dos atardeceres!.

Tanto los protagonistas de los hechos anteriormente mencionados, como los espectadores interesados en estos acontecimientos no durmieron durante el 14 y 15 de Nisan, y aunque esto no es importante ya que las personas pueden estar sin dormir durante ese tiempo, es irracional someterse a una vigilia de dos días sólo para poder llevar a cabo los fatales eventos en cuestión durante las fechas señaladas en los evangelios, ya que tendrían que darse a través de movimientos de cámara rápida: economía del sufrimiento, diría M. Foucault, y que en el caso de la traición de Judas, sólo podría ser concebida en un mundo sub-atómico en el que una partícula puede comportarse de modos diferentes en un mismo tiempo, o sea, muerte acaecida en el 14 de Nisan y también en el 15 de Nisan, o presencia y no presencia de un hombre en una cena. En fin, acciones que históricamente tuvieron que estar distribuidas en varios días y que fueron comprimidas por los evangelistas como si se tratase de un film de dos horas dedicado a la semana santa, y proyectado durante un fastidioso domingo.

IV

La última cena, de Duccio di Buoninsegna


De acuerdo con los escritos sinópticos Judas estuvo presente durante toda la cena pascual, es decir, desde el atardecer del catorce hasta la víspera del 15 del primer año judío o Nisan, de tal manera que el apóstol no pudo haber perpetrado la traición ya que se encontraba en la cena desde el inicio hasta el final de la misma. Sin embargo, Mateo, Marcos y Lucas no mencionan alguna ausencia de Judas a pesar que un alejamiento semejante merece ser divulgado pero, en el evangelio de Juan -redactado mucho después que los sinópticos- Judas sí se ausenta de la cena, y lo hace porque Juan, o el que utilizó este nombre y redactó dicho evangelio, seguramente se percató que a Judas no le hubiera dado tiempo de realizar la traición si permanecía durante toda la comida pascual.

Veamos lo que dicen algunos de los evangelios sinópticos con respecto a la cena pascual y Judas, y posteriormente revisemos a Juan. Comencemos con Mateo:

Luego de anunciar la traición que habría de ser cometida por uno de los doce, éstos le interrogan si alguno de ellos es el desleal, y Judas al preguntar lo mismo a Jesús éste último lo acusa de forma directa e insólitamente todos los apóstoles continúan comiendo tranquilamente obviando tan grave imputación, y ni siquiera Judas se defiende o dice algo al respecto:

Tomando la palabra Judas, que ya estaba para traicionarlo dijo: "No

soy yo, ¿verdad, Rabí?" Le dijo: "Tu mismo [lo] dijiste".


Al concluir la comida, Jesús se retira a Getsemaní con los 12 apóstoles reunidos en torno a él, incluído el apóstol Judas Iscariote:

Entonces Jesús fue con ellos al lugar llamado Getsemaní,

y dijo, a los discípulos: "Siéntense aquí mientras voy allá a

orar"[6]


Después de orar, regresa y encuentra a los apóstoles durmiendo, por lo que Jesús los conmina a estar alertas (Mt 26:40). Jesús, repite dos veces más las acciones de apartarse de ellos, rezar, retornar al lugar donde se encontraban sus discípulos y hallarlos de nuevo, en los brazos de Morfeo (Mt 26:42,43), comportamiento que delata una enorme irresponsabilidad por parte de los apóstoles, quienes además aparecen como indiferentes y sordos ante el pedimento de su guía espiritual de estar vigilantes junto con él (Mt 26:38,40,43). Tales conductas propician las siguientes interrogantes:

Los Apóstoles duermen mirentras Jesús reza en Getsemaní. "Agonía en el Jardín", Andrea Mantegna (1460).

¿Qué clase de fieles eran los apóstoles? ¿verdaderamente amaban a su maestro? Pues, si ellos creían en la palabra de Jesús, lo más razonable era le prestaran la máxima atención el día de la cena pascual, día en que Jesús anunciaba que pronto moriría; noticia que por demás debería haber generado gran preocupación entre los seguidores del Galileo pero, prosigamos con los sinópticos.

En la tercera ocasión que Jesús descubre dormidos a sus doce adeptos procede a regañarlos y decirles, se levanten a objeto de marcharse más, de pronto aparece Judas con una turba enardecida, y cómo todo en estos libros es milagroso, quizás Judas tenía el poder de dividirse en dos personas al mismo tiempo:


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